Poder Global y Religión Universal – Juan Claudio Sanahuja

“Los falsos profetas y los falsos maestros han logrado el mayor éxito posible” (San Juan Pablo II”).
Nos encontramos con muchos católicos desmovilizados y acobardados, a los que los acontecimientos de estos últimos años los han convertido, en el mejor de los casos, en indiferentes. A todos, pero especialmente para ellos, habrá que volverles a repetir, una y otra vez, que una doctrina para formar parte del magisterio ordinario y universal de la Iglesia, tiene que tener continuidad con el magisterio ordinario anterior. Por lo tanto, sigue en pie todo el magisterio anterior y ese magisterio es el que debemos enseñar, sobre todo el contenido del Catecismo de la Iglesia Católica y su Compendio.
En nuestro quehacer a favor de la vida son de capital importancia los principios no negociables -la vida desde la concepción a la muerte natural; el matrimonio, como institución, formada por un hombre y una mujer; y la libertad de los padres para educar a sus hijos- enunciados por Benedicto XVI, y aunque no se vuelva a oír de ellos, los tenemos que seguir inculcando a las nuevas generaciones (de la Introducción)